miércoles, 4 de enero de 2012

Mafias colombianas financian el cultivo masivo de hoja de coca en el Trapecio Amazónico

Cuencas cocaleras en el Trapecio Amazónico

Tierra de nadie.
Debido a la intensa represión del narcotráfico en Colombia, las bandas de ese país se trasladan a la zona fronteriza peruana y pagan excelentes precios por cada arroba de hoja de coca que producen las empobrecidas comunidades de nuestro país, que han encontrado una solución para sus miserias.
Doris Aguirre.
Bellavista de Callarú, Trapecio Amazónico (Enviada Especial). 
"¡La hoja de coca es una bendición de Dios!", dicen en coro los pobladores de esta población cercana a la frontera con Colombia. El teniente gobernador de la localidad de Bellavista, Alirio Rufino Parente, explicó el porqué de que el cultivo de hoja de coca era una bendición divina: "Desde que se cultiva la hoja de coca en las chacras, las necesidades de la población han sido resueltas en buena parte. Ahora tenemos plata para levantar nuestras casas, vestirnos y alimentarnos. También podemos mandar al colegio a nuestros hijos y comprarles cuadernos, lapiceros y zapatos".
Las autoridades colombianas celebran que los cultivos de hoja de coca en su país han sido reducidos drásticamente. Pero también es cierto que los narcotraficantes de Colombia se han trasladado al Trapecio Amazónico para financiar los cultivos ilegales que necesitan, con la finalidad de cubrir la producción de las áreas que perdieron en su país.
Esto explica por qué entre 2009 y 2010 los cultivos de hoja de coca crecieron de manera explosiva en un 90,2 por ciento,  de 1 mil 666 hectáreas a 3 mil 169 hectáreas en la zona del Putumayo, Bajo Amazonas y Marañón, según el último reporte de la Oficina de las Naciones Unidades contra la Droga y el Delito (Unodc). La República estuvo en esa zona del Trapecio Amazónico y comprobó el brutal incremento de la producción de hoja de coca.
Bellavista de Callarú es un centro poblado con más de 3 mil 400 habitantes. Desde su creación, hace 47 años, esta comunidad de la etnia Ticuna se dedicaba a la agricultura y pesca. Sin embargo, desde hace cuatro años los pobladores cambiaron sus cultivos por la hoja de coca porque los narcotraficantes pagan mucho dinero.
"La hoja de coca es una bendición porque el Estado peruano se ha olvidado de nosotros. Acá no tenemos apoyo de nadie. Prácticamente estamos abandonados. Solo contamos con una escuela y una posta médica que no tiene medicinas. Muchos de nuestros hijos han muerto por el dengue, la malaria y otras enfermedades porque no tenemos un hospital cerca”, explicó el teniente gobernador Alirio Rufino.
En Bellavista no hay electricidad. Solo existe un equipo electrógeno que ofrece energía por horas. La comunicación es por teléfono, pero el servicio es de una compañía colombiana. En realidad, ni siquiera venden la hoja de coca a cambio de soles peruanos sino de pesos colombianos.
NARCOS A LA VISTA
"Acá no conocemos el sol, la moneda nacional no vale, todo  se compra y se vende en pesos y reales", dice Francisco López, un poblador.
“Los colombianos nos compran la hoja de coca. Ellos vienen en una lancha cada cierto tiempo y se llevan las arrobas", afirma otro poblador.
"¿Saben que la hoja de coca va directo al narcotráfico?", les preguntamos.
“Nosotros no sabemos nada, solo les vendemos a los colombianos", explica.
Cuchillococha es otra localidad considerada por la Policía como zona de producción creada y financiada por bandas del narcotráfico colombiano. Con una población de 1.800 habitantes, según inteligencia de la Policía antidrogas Cuchicolla es una zona preferida por los narcotraficantes de Colombia por su alta producción de pasta básica.
En el ambiente policial  hablar de Cuchillococha es sinónimo de miedo y muerte. Lo cierto es que la Policía antidrogas no ingresa a dicha zona porque por inteligencia se conoce que existen delincuentes uniformados al servicio de la mafia.
La base antidrogas de Caballococha, ubicada a media hora de Cuchillococha, cuenta con 25 hombres, todos jóvenes con edades entre los 19 y 25 años. El local policial está en decadencia. Sus techos presentan agujeros y las puertas están por caerse. El abandono es notorio. Una lancha a media caña es la única que tienen disponible para desplegar operativos.
La República logró ingresar en Cuchillocoha y conversó con el teniente gobernador Isidro Coello Aguilar. Coello admitió que la mayoría de los pobladores se dedica al cultivo de hoja de coca.
“Sí, sembramos hoja de coca, pero no en mucha cantidad, y se la vendemos a los colombianos", afirma Isidro Coello.
En Cuchillococha existe una inmensa laguna llamada La Cocha. La gente del área refiere que en las noches aterrizan avionetas en pistas clandestinas resguardas por sujetos encapuchados. Las aeronaves cargan toneladas de pasta básica procesada en la zona.
ESFUERZOS COMUNES
En términos prácticos, poco o nada hacen las autoridades del gobierno central para combatir al narcotráfico colombiano en territorio peruano. Pronto el Trapecio Amazónico se ha convertido en un polo de desarrollo de las mafias colombianas, pero en Lima no parecen haberse enterado.
Debido a las carencias de las fuerzas peruanas antidrogas, han tenido que desplegar acciones conjuntas con otros países, como Brasil.
El pasado ocho de julio la Dirección Antidrogas de Lima, con ayuda de la Policía Federal del Brasil, ejecutó el operativo denominado  “Trapecio Amazónico 2011”. Las fuerzas antinarcóticos consiguieron destruir solamente diez hectáreas de cultivos clandestinos de hoja de coca. Ni el uno por ciento del total.
También se decomisaron 20 toneladas de hoja de coca macerada y 15 toneladas de insumos químicos para el procesamiento de pasta básica y clorhidrato de cocaína. Algo es algo.
Lo que hace la Policía es algo parecido a la lucha de una hormiga contra un elefante.
El objetivo de la misión era incursionar en todas las cuencas cocaleras del Trapecio Amazónico, pero los agentes solo pudieron ingresar en las localidades de Sacambú, San Sebastián, Mario Rivera y El Búnker, ubicadas en la provincia de Ramón Castilla, de la región loretana, zonas donde  organizaciones de narcotraficantes peruanos, colombianos y brasileños se han instalado para sacar droga hacia Brasil y Europa.
Mientras la Policía lucha contra las mafias, para los pobladores la coca es una bendición.
LAS ZONAS DE MAYOR DENSIDAD DE CULTIVOS ILEGALES DE HOJA DE COCA
Las principales zonas de cultivo de hoja de coca en el Trapecio Amazónico son: Caballococha, Cuchillococha, Bellavista de Callarú,  Erené, SanJosé de Yanacu, 28 de Julio, Sacambú y Río Atacuari Yacarite, pertenecientes a la provincia de Ramón Castilla de la región Loreto,frontera con Colombia y Brasil.
La Oficina de las Naciones contra la Droga y el Delito (Unodc) estima en 3.169 hectáreas los cultivos ilegales de hoja de coca. Para la Policía antidrogas superan fácilmente las 10 mil hectáreas.
La violencia es otra de las modalidades que usan los narcos para obligar a las poblaciones a cultivar hoja de coca, como ocurrió con una parte de la comunidad Ticuna. Al negarse a los cultivos, los expulsaron.
EN CIFRAS
968 hectáreas de hoja de coca había en 2006 en las cuencas del Bajo Amazonas, Putumayo y Marañón, según el Unodc.
1.065 hectáreas de hoja de coca se registraron en las mismas zonas en el año 2007.
1.209 hectáreas sumaron en el Bajo Amazonas,  Putumayo y Marañón en 2008.
3.169 hectáreas fueron en 2010.

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