LIMA -
Las calles del Centro de Lima lucen abarrotadas por gran cantidad de ambulantes: desde los que venden globos en forma de corazón por el Día de San Valentín hasta cochecitos de fierro para trasladar los útiles escolares, productos que se ofrecen a vista y paciencia de los trabajadores de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Pero eso no es todo. Correo realizó un recorrido por los jirones Cusco, Ayacucho, Andahuaylas y las inmediaciones de la plaza Gastañeta, y comprobó que no solo son los comerciantes. También se encontró con varios montículos de basura cerca de puestos de venta de comida.
Todo esto sin control alguno o quizá solo algún silbato con el "avancen, avancen" de algún trabajador municipal ante la llegada de nuestro reportero gráfico.
Uno de los puntos más críticos es el cruce de Andahuaylas y Cusco. Allí usted podrá encontrar de todo: el regalo para la enamorada o el mejor amigo, los útiles de todas las marcas y precios, algún postrecito o quizá un vaso con chicha morada bien helada.
Pero eso sí: tenga mucho cuidado de no chocar con alguna de las carretillas que pasan y repasan incluso atropellando a la gente.
"Esto es desesperante. Antes podíamos venir a comprar los útiles con mayor tranquilidad, pero ahora hasta los jaladores (jovencitos que ofrecen cuadernos y otros productos) te enloquecen", manifestó Dora Mendoza, una madre que además del inclemente sol debía soportar el caos en el que se ha convertido el centro de la ciudad.
Yoice Pacori ypacori@epensa.com.pe
Pero eso no es todo. Correo realizó un recorrido por los jirones Cusco, Ayacucho, Andahuaylas y las inmediaciones de la plaza Gastañeta, y comprobó que no solo son los comerciantes. También se encontró con varios montículos de basura cerca de puestos de venta de comida.
Todo esto sin control alguno o quizá solo algún silbato con el "avancen, avancen" de algún trabajador municipal ante la llegada de nuestro reportero gráfico.
Uno de los puntos más críticos es el cruce de Andahuaylas y Cusco. Allí usted podrá encontrar de todo: el regalo para la enamorada o el mejor amigo, los útiles de todas las marcas y precios, algún postrecito o quizá un vaso con chicha morada bien helada.
Pero eso sí: tenga mucho cuidado de no chocar con alguna de las carretillas que pasan y repasan incluso atropellando a la gente.
"Esto es desesperante. Antes podíamos venir a comprar los útiles con mayor tranquilidad, pero ahora hasta los jaladores (jovencitos que ofrecen cuadernos y otros productos) te enloquecen", manifestó Dora Mendoza, una madre que además del inclemente sol debía soportar el caos en el que se ha convertido el centro de la ciudad.
Yoice Pacori ypacori@epensa.com.pe
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