LIMA -
El 25 de febrero del 2006 empezó una verdadera pesadilla para David Feliciano Pillaca. Ese día fue detenido por la Policía y, luego de una irregular investigación de la Dirincri y la Fiscalía, fue condenado a 25 años de prisión por un crimen que nunca cometió. Sí, el joven que ahora tiene 30 años estuvo en la cárcel más de seis años injustamente.
"Varios encapuchados me intervienen a dos cuadras de mi casa, en Carmen de la Legua, y me suben a un auto. Luego aparezco en la Dirincri, donde me interrogan . Yo no entendía nada. De pronto los policías me piden $2 mil a cambio de mi libertad. Obviamente, yo no acepté esa extorsión porque no hice nada", narró a Correo.
El joven, quien por ese tiempo tenía 24 años y trabajaba como mecánico de motores de embarcaciones, denunció que en venganza los detectives le "plantaron" una acusación.
"Me acusaron de haber secuestrado a un ciudadano español. Me incriminaron mediante una supuesta pericia dactilar, que indica que mis huellas digitales aparecían en el vehículo en cual secuestraron a dicha persona", contó.
IRREGULAR. Lo increíble del caso es que esa supuesta pericia incriminatoria desapareció misteriosamente.
Pese a ello, el exjuez titular de la Tercera Sala Penal, Buitrón Padilla Rojas, se basó para condenar a David Feliciano solo en los testimonios de los peritos que hicieron esa prueba, el capitán PNP Gilberto Hoyos Alarcón y Félix Escajadillo Cabrera. El documento no existió en el proceso, dijo.
Increíblemente, a inicios del 2011 una nueva pericia dactilar demostró que las huellas halladas en la unidad no son de Feliciano. Entonces, el Poder Judicial anuló la sentencia.
"Me han destruido la vida. Tenía tantos planes para mi vida y ahora los años han pasado", lamentó David, quien salió en libertad recién el martes pasado.
"Varios encapuchados me intervienen a dos cuadras de mi casa, en Carmen de la Legua, y me suben a un auto. Luego aparezco en la Dirincri, donde me interrogan . Yo no entendía nada. De pronto los policías me piden $2 mil a cambio de mi libertad. Obviamente, yo no acepté esa extorsión porque no hice nada", narró a Correo.
El joven, quien por ese tiempo tenía 24 años y trabajaba como mecánico de motores de embarcaciones, denunció que en venganza los detectives le "plantaron" una acusación.
"Me acusaron de haber secuestrado a un ciudadano español. Me incriminaron mediante una supuesta pericia dactilar, que indica que mis huellas digitales aparecían en el vehículo en cual secuestraron a dicha persona", contó.
IRREGULAR. Lo increíble del caso es que esa supuesta pericia incriminatoria desapareció misteriosamente.
Pese a ello, el exjuez titular de la Tercera Sala Penal, Buitrón Padilla Rojas, se basó para condenar a David Feliciano solo en los testimonios de los peritos que hicieron esa prueba, el capitán PNP Gilberto Hoyos Alarcón y Félix Escajadillo Cabrera. El documento no existió en el proceso, dijo.
Increíblemente, a inicios del 2011 una nueva pericia dactilar demostró que las huellas halladas en la unidad no son de Feliciano. Entonces, el Poder Judicial anuló la sentencia.
"Me han destruido la vida. Tenía tantos planes para mi vida y ahora los años han pasado", lamentó David, quien salió en libertad recién el martes pasado.
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